Creada por la Fundación Patagonia Arte & Desafío en el marco de su Proyecto Polo Austral de las Artes, la Ciencia y la Tecnología, la Bienal del Fin del Mundo realizó su edición inaugural en marzo y abril de 2007, en la ciudad de Ushuaia.
Su objetivo fue –y sigue siendo- generar, a través del arte, un espacio de reflexión sobre las distintas manifestaciones de la contemporaneidad, el cuidado del ambiente y las consecuencias del cambio climático .
Aquella primera edición tuvo la curaduría general de la brasileña Leonor Amarante, acompañada por la curadora de la Bienal de la Habana, Ibis Hernandez, y de la crítica argentina Corinne Sacca Abadi, y su irrupción despertó una inesperada y fulminante adhesión internacional que la ubicó en un lugar de privilegio en el poblado calendario internacional de bienales de arte contemporáneo.
Su lema fundacional, “Pensar en el Fin del Mundo, que otro mundo es posible”, sigue guiando el devenir de este encuentro en la ciudad más austral del mundo.
De aquella primera edición participaron 62 artistas y se exhibieron más de un centenar de obras, muchas de las cuales ganaron la calle. Durante un mes, la ciudad de Ushuaia fue una gigantesca galería de arte a cielo abierto: había pinturas en los muros de las casas, en las escaleras, en las calles y hasta en los espejos de agua.
El 24 de abril de 2009 abrió la segunda edición de la Bienal, esta vez con el lema “Intemperie”, en alusión al aire libre, a los grandes espacios desiertos como la Antártida, a la fragilidad de la vida ante una Naturaleza cada vez más amenazante como consecuencia del cambio climático, pero también una metáfora de un mundo regido por la transitoriedad, la incertidumbre, y en el cual fortalezas que parecían eternas, indestructibles, se derrumban en un instante como castillos de naipes.
El curador general fue el crítico de arte alemán Alfons Hug, quien dirigió en dos oportunidades la Bienal de San Pablo. La curaduría por Argentina y de Proyectos Especiales estuvo a cargo del crítico y curador Fernando Farina, mientras Karina Maddonni asumió, como en la primera edición, la responsabilidad del Proyecto Pedagógico de la Bienal, de la cual participaron alrededor de 60 creadores nacidos en 16 países.