Una encuesta de Ibope ubica a la candidata del PT con 11 puntos de ventaja sobre el principal opositor, José Serra. La campaña por TV que comienza es determinante para conquistar al electorado, pero Dilma cuenta con un elemento clave a su favor: el propio Lula da Silva.
La candidata oficialista para la presidencia de Brasil, Dilma Rousseff, aventaja por 11 puntos a su principal adversario, el ex gobernador de San Pablo José Serra, en un momento clave de la campaña, ya que a partir de hoy martes la ley electoral levanta la veda para que los candidatos puedan hacer llegar su propuesta al electorado a través de los espacios gratuitos en televisión y radio.
La ley no permite la publicidad paga, y obliga a partir de esta fecha a que los canales y radios cedan espacios gratuitos para la propaganda política, de modo que el arranque de esta fase electrónica de la campaña será determinante en los resultados electorales del 3 de octubre, según advierten todos los analistas locales.
El influyente diario Folha de Sao Paulo publicó ayer lunes una encuesta de Ibope en la que la candidata del gobernante Partido de los Trabajadores (PT) y sus fuerzas aliadas reúne una intención de voto del 43% contra un 32% de Serra, del Partido de la Social Democracia de Brasil (PSDB). Ambos lejos, muy lejos de los otros candidatos, que no superan el 8%, en el mejor de los casos, mientras que los indecisos están en el 9%, según el sondeo realizado entre el 7 y el 12 de agosto con consultas a 10.856 electores de 382 municipios.
El diario paulista agrega un dato que marca la tendencia: en el último sondeo de la misma empresa la diferencia era de cinco punto: 39 a 34%
Esta ventaja acerca a la candidata del PT a la posibilidad de ganar en la primera vuelta electoral, para lo que necesita el 50 % más uno de los votos el 3 de octubre, pero además cuenta con otras ventajas comparativas.
El arco de alianzas que han cerrado el PT y el PSDB beneficia a Rousseff, que tendrá mucho más tiempo para presentar sus propuestas. Según el Tribunal Superior Electoral, la coalición oficialista “Para que Brasil siga cambiando” tendrá 10 minutos y 38 segundos en cada uno de los dos bloques de 25 minutos que serán transmitidos en cadena de radio y TV. Mientras que Serra, candidato de la alianza “Brasil puede más”, tendrá que conformarse con siete minutos y 18 segundos.
Según un estudio de Datafolha, la televisión es el principal medio de comunicación utilizado por los votantes brasileños para informarse sobre los candidatos, con un 65 por ciento de las preferencias de los encuestados en todo el país.
Los diarios aparecen en segundo lugar con un 12 por ciento de preferencia, mientras que internet y la radio surgen con un 7 por ciento cada uno.
Entre los estrategas electorales de Brasil existe el convencimiento de que las presentaciones de los candidatos en programas insertados en el horario con más audiencia de la televisión brasileña -el noticiero nocturno y las telenovelas- son decisivas para definir el resultado de la disputa.
Esta es la razón por la que esta campaña electoral será la más cara de la historia de Brasil, según datos oficiales, y buena parte de los recursos serán invertidos en la producción de los avisos para televisión.
En la campaña de Serra el gasto estimado es de 180 millones de reales (100 millones de dólares), mientras que en la de Rousseff el presupuesto es de 157 millones de la misma moneda (88 millones de dólares).
Pero, sin dudas, la principal carta de triunfo de Rousseff es el mismo presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien tiene una aceptación superior al 80 % y está lanzado de lleno a fortalecer a su sucesora, al punto de que ya pagó un par de multas por hacer campaña con actos de Gobierno.
Por esta razón, en el primer spot televisivo de Dilma Rousseff aparecerá recorriendo las favelas cariocas acompañada por el presidente, que entregará el mando el próximo 1º de enero pero que, según han dejado trascender desde el comité de campaña, si gana la candidata petista tendrá un cargo en su Gobierno.
Serra, quien durante dos años lideró las encuestas con comodidad, hasta hace dos meses, también juega sus chances de descontar terreno en la campaña por TV que comienza hoy, pero en el equipo de enfrente está Lula, el verdadero adversario a derrotar.