Si Gran Bretaña se retira de la UE sin votar el acuerdo anunciado por May con el bloque continental, la inflación, el desempleo y una crisis inmobiliaria serán los primeros desafíos de una economía solitaria.
La economía de Reino Unido se reducirá mucho, se disparará la inflación y crecerá el desempleo si el país abandona la Unión Europea (UE) sin un acuerdo, según un informe del Banco de Inglaterra (central), publicado a dos semanas de que el texto aprobado por el bloque regional sea votado por el Parlamento británico.
En su informe, el Banco de Inglaterra estimó que, si se concreta un Brexit sin acuerdo en marzo del año próximo, el Producto Bruto Interno (PBI) nacional caería alrededor de un 8% -con respecto al actual- en 2023, el desempleo subiría al 7,5% y el precio de la vivienda bajaría en torno al 30%.
El informe sobre el impacto del Brexit fue realizado por el banco central a pedido de la comisión del Tesoro de la Cámara de los Comunes, antes de que los diputados voten el próximo 11 de diciembre sobre el acuerdo propuesto por la primera ministra, la conservadora Theresa May.
El Parlamento debe votar antes del 11 de diciembre próximo sobre el acuerdo votado en Bruselas hace unos días y, si lo rechaza, la UE ya advirtió que no renegociará un nuevo texto.
Poco antes de que se conocieran las conclusiones del Banco de Inglaterra, el ministro británico de Economía, Philip Hammond, había admitido que la salida de Reino Unido de la UE impactará en la economía bajo todas las opciones posibles del Brexit, incluido el propio acuerdo de la primera ministra, Theresa May.
“Bajo cualquier escenario, en un sentido puramente económico, Reino Unido estará peor que si se quedara en la UE, ya que la salida generará impedimentos para nuestro comercio”, argumentó Hammond en declaraciones a la BBC.
Sin embargo, señaló que el objetivo es limitar esos costos y consideró que el acuerdo de la primera ministra reduce al mínimo el impacto económico de abandonar la UE.
No obstante, explicó que se obtendrán otros beneficios como poder realizar acuerdos comerciales fuera de la UE y tener el control de sus aguas y la pesca.
Según el acuerdo que votó la UE y apoyó May, Reino Unido podría negociar con otros países durante el período de transición después del Brexit del próximo 29 de marzo, pero no podrá implementarlos hasta que finalice esa etapa, que podría inclusive extenderse.
Hammond además advirtió que si el gobierno pierde la votación en la Cámara de los Comunes, entrará un “territorio político desconocido”.
En ese caso, agregó el funcionario, el gabinete analizará las razones por las que los diputados votaron en contra del acuerdo y luego tratarían de forjar un consenso.