Cuando la URSS y EEUU pusieron juntos el último clavo en el ataúd del Reich

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Fue un acontecimiento clave en la historia de la Segunda Guerra Mundial porque ese día quedó claro que la Alemania nazi estaba derrotada y ya no podría devolver el golpe.

Este sábado 25 de abril se cumple el 75º aniversario del Día del Elba, cuando los integrantes de un pelotón de reconocimiento estadounidense se reunieron con sus camaradas del regimiento de fusileros del Primer Frente Ucraniano de la Unión Soviética (URSS) cerca de la ciudad alemana de Torgau.

Es un acontecimiento muy importante en la historia de la Segunda Guerra Mundial. Aquel día quedó claro que la Alemania nazi estaba derrotada y que ya no conseguiría cobrar fuerzas para devolver el golpe. Asimismo, este encuentro significó que los nazis, cuyas fuerzas principales a partir de entonces se encontraron divididas, no tendrían ninguna otra opción más que rendirse.

El encuentro de los soldados de la URSS y EEUU en ese lugar fue un evento crucial de la etapa final de las actividades militares de las fuerzas aliadas en Europa, pero la situación en el frente en ese momento decisivo no fue fácil. Para mediados de abril de 1945 el Ejército Rojo ya había lanzado la operación para tomar la capital del Reich, Berlín. Para contrarrestar el avance soviético la conducción militar nazi envió refuerzos al Frente Oriental, donde ya había 214 divisiones, entre ellas, 34 de tanques.

Entretanto, en el Frente Occidental todavía permanecían 60 divisiones, entre ellas cinco divisiones de taques. Las fuerzas de los aliados cruzaron el río Rhin en abril, en la parte oeste de la Alemania nazi, y terminaron la eliminación de la agrupación militar en la región del Ruhr, el área industrial más importante y una de las zonas más pobladas del país. Las fuerzas de los aliados liberaron Dresde, Magdeburgo y otras urbes alemanas.

Tras su triunfo en la región del Ruhr llegó el momento de lanzar la última etapa de la ofensiva. Los aliados occidentales iban a iniciar una ataque hacia las orillas del río Elba, en el centro del territorio alemán, donde estaba previsto el encuentro con las unidades del Ejército Rojo. Sin embargo, el avance se ralentizó ya que las fuerzas de EEUU y el Reino Unido tuvieron que tomar como prisioneros a decenas de miles de combatientes germanos. 

El Ejército Rojo, por su parte, avanzaba con cierto retraso porque los nazis concentraron más fuerzas en el Frente Oriental y dieron batalla a las fuerzas soviéticas. Todas las acciones del Ejército Rojo y de los ejércitos de los demás aliados eran coordinadas según los acuerdos alcanzados durante la Conferencia de Yalta entre Josef Stalin, Franklin D. Roosevelt y Winston Churchill a principios de febrero de 1945.

Día fatídico para el Tercer Reich. Las unidades de la 69º División de Infantería del Primer Ejército estadounidense y los integrantes de la 58º División de Fusileros que formaba parte del Primer Frente Ucraniano fueron los más cercanos uno a otro y, como consecuencia, fueron los primeros en reunirse cerca de Torgau. Inicialmente, las unidades soviéticas habían recibido la orden de pararse en las orillas del Elba, mientras las tropas estadounidenses tomaban posiciones en el río Mulde, a unos 25 kilómetros.

En realidad, fue difícil registrar todos los contactos entre los aliados occidentales y las tropas rusas. Los primeros soldados soviéticos que se reunieron con los estadounidenses, bajo el mando del teniente Albert Kotzebue, fueron el teniente primero Grigori Goloborodko y el sargento Alexandr Olshanski. Un poco más tarde a ellos se unió el teniente coronel Alexandr Gordéyev. Este fue el primer encuentro confirmado entre los aliados pero no fue oficial. 

El mismo día un poco más tarde se celebró otro que fue protagonizado por el teniente estadounidense William Robertson y el teniente ruso Alexandr Silvashko. Este histórico hecho tuvo lugar en el puente semidestruido sobre el río Elba, en Torgau. Ambas partes enseguida lo comunicaron a sus superiores. Al día siguiente se tomó la legendaria fotografía de Robertson y Silvashko abrazándose uno a otro.

La foto de los tenientes soviético y estadounidense estrechándose las manos en el Elba en cuestión de horas fue publicada en numerosos medios en diferentes países. La capital de la URSS, Moscú, celebró este histórico encuentro, que marcó el día fatídico para la Alemania nazi, con 24 salvas de artillería de 324 cañones. Las celebraciones también tuvieron lugar en Times Square, en Nueva York.

Como resultado del encuentro entre el Ejército Rojo y los de los aliados occidentales, los restos de la Wehrmacht quedaron divididos en dos, la parte norte y la parte sur. Este hecho debilitó su voluntad de resistir y la privó de maniobrabilidad. Las fuerzas alemana,s a partir de entonces, ya no disponían de un sistema de gestión unido, lo que aceleró el proceso de disolución de las Fuerzas Armadas nazis. 

En otras palabras, Estados Unidos y la Unión Soviética juntos pusieron el último clavo en el ataúd del Tercer Reich, lo que acercó la rápida llegada del día de la derrota de la Wehrmacht.

El espíritu del Elba. El encuentro en el río Elba, en abril de 1945, se convirtió en el símbolo de la cooperación entre Estados Unidos y la Unión Soviética. Es importante recordar la contribución que hicieron los pueblos de los dos países a la victoria sobre el nazismo en la Segunda Guerra Mundial y hasta el día de hoy este ejemplo sirve como prueba de que EEUU y Rusia pueden cooperar entre sí.

Con motivo del 50º aniversario del Día del Elba, en 1995, en el Cementerio Nacional de Arlington, cerca de Washington DC, fue inaugurado el monumento “El espíritu del Elba”, donde anualmente tienen lugar  ceremonias conmemorativas en las que participan los veteranos tanto de Estados Unidos como de la antigua URSS. 

Las relaciones entre Estados Unidos y la Unión Soviética fueron difíciles. Sin embargo, la conmemoración de esta fecha nos recuerda que hubo tiempos en los que ambos países fueron aliados. Lamentablemente, después de la guerra los caminos de Moscú y Washington se separaron por razones ideológicas y las relaciones entre los dos empeoraron considerablemente y desencadenaron en la Guerra Fría.

Pero incluso hoy el espíritu del Elba demuestra que los dos países pueden superar sus discrepancias. A pesar de que los sistemas económico y político de la Unión Soviética y Estados Unidos eran diferentes, lograron dejar todo atrás y luchar juntos en aras de poner fin a la existencia maligna del Tercer Reich. Y lo lograron con la derrota incondicional de la maquinaria nazi en mayo de 1945. 

El encuentro histórico entre los soldados soviéticos y estadounidenses en el Elba tuvo un profundo significado simbólico. El 25 de abril se recuerda la proeza de los soldados de ambos países en su incansable lucha contra el nazismo y el fascismo. Se recuerda a las víctimas que sufrieron los dos países. Y, por último, que Moscú y Washington, pese a las complicaciones en las relaciones bilaterales, pueden cooperar en ámbitos de interés común.

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