Ayer el máximo goleador de la historia “culé” quedó en condición de libre. Pero todo indica que firmará un nuevo vínculo para quedarse en Cataluña.
Finalmente llegó el día en el que Lionel Messi quedó libre y no se conoció ninguna megaoferta de ningún equipo poderoso que quisiera contratar al futbolista de 34 años, que hoy está libre y sin club. El único interesado en extenderle un vínculo es el Barcelona, pero todavía tiene que resolver el problema del “fair play” financiero.
“Nosotros queremos que se quede y Leo quiere quedarse, va todo bien encaminado”, tranquilizó a los hinchas “culé” el presidente del Barcelona, Joan Laporta, en declaraciones a la cadena Onda Cero.
“Nos queda el tema del ‘fair play’. Estamos en el proceso para encontrar la mejor solución para las dos partes”, reconoció el titular del club el inconveniente que todavía no pudo saldarse y así anunciar un nuevo contrato con el jugador que hace 17 años viste la casaca “blaugrana” de manera oficial.
La Liga redujo el tope salarial del club, que pasó de los 671 millones de euros (796 millones de dólares) –que fue el más alto en la temporada 2019/20– a sólo 383 millones de euros (454 millones de dólares) en la pasada campaña.
Por estatuto, el tope es proporcional al 70% de los ingresos de un club. Y El desplome económico que trajo la pandemia de coronavirus redujo demasiado los números.
Cuando Laporta volvió a la presidencia en marzo, encontró un Barça con una deuda de 1.200 millones de euros producto de los contratos firmados por el expresidente Josep Bartomeu, quien renunció luego de que Messi y el plantel se enfrentara con la dirigencia que encabezaba.
El contrato de Messi que finalizó ayer, firmado en 2017, era por 138 millones de euros (164 millones de dólares) por temporada. Para respetar el “fair play” financiero, la “Pulga” deberá reducir -y mucho- su salario a partir de esta temporada si quiere quedarse en Barcelona.