La defección acelerada de Washington generó la propagación de ideas extremistas en la región, afirmó el embajador ruso en Washington.

El embajador de Rusia en EEUU, Anatoli Antónov, afirmó que los disturbios que sacudieron a la república centroasiática de Kazajistán durante esta semana ocurrieron a partir de la huida de EEUU de Afganistán y la propagación de ideas extremistas en la región.

“Kazajistán ha sufrido el ataque de radicales que manifiestan ideologías deshumanizadas. Miles de yihadistas y merodeadores intentaron socavar el orden constitucional. Utilizan armas contra los civiles. Siguen infligiendo daños a la propiedad pública y privada”, enumeró el diplomático.

“Me gustaría señalar que todo esto está ocurriendo tras la huida estadounidense de Afganistán y el rápido desarrollo de las ideas extremistas en la región”, afirmó Antónov, cuyos comentarios fueron  publicados en la cuenta oficial de Facebook de la embajada rusa en Washington.

En paralelo, el representante de Moscú instó a “todas las fuerzas democráticas” a ayudar a Kazajistán en lugar de desestabilizar la situación. 

En este sentido, recalcó que “las primeras horas” de las actividades de las fuerzas de mantenimiento de la paz de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), desplegadas en el país centroasiático tras la ayuda solicitada, demuestran la eficacia de la decisión tomada. 

Antónov señaló que la presencia militar del bloque ayudará a “recuperar la paz y el orden constitucional”.

“Un intento de revolución de ‘colores'”. Por otra parte, el alto funcionario de la cancillería rusa enfatizó que el apaciguamiento frente a los “bandidos que agreden a los agentes de seguridad, trabajadores de salud y bomberos” es “inaceptable” para Moscú. 

“Cualquier negociación con los terroristas solo les anima a cometer crímenes aún más graves. Estoy seguro de que el Departamento de Estado (de EEUU) es muy consciente de ello, pero no quiere abandonar su doble moral”, denunció.

En este sentido, tachó de “hordas de terroristas” a los participantes radicales de las violentas protestas. “¿Quién los dirigía y ayudaba? Se trata de un nuevo intento de revolución de ‘colores’ con la ayuda de matones y saqueadores”, subrayó, aunque sin identificar origen o nacionalidad.

El embajador recordó que las autoridades estadounidenses no dudaron en la necesidad de usar las fuerzas de seguridad para restablecer el orden tras el asalto al Capitolio, en enero del año, pasado y luego procesar a todas las personas relacionadas con los desmanes.

Las protestas en Kazajistán desembocaron en violencia, enfrentamientos con la Policía y saqueos. Y el presidente Kassym-Jomart Tokayev aseguró que en el país operan “bandidos y terroristas” que han sido preparados en el extranjero, y aseguró que con “delincuentes y asesinos no se negocia”.

Lo que empezó en Año Nuevo como manifestaciones contra el aumento de los precios del gas licuado, pronto adquirió un cariz político con exigencias para apartar del poder a todos los corruptos y mejorar el nivel de la vida de la población.

Las protestas masivas estallaron inicialmente en la ciudad de Janaozen, provincia de Mangystau, pero pronto se propagaron a Aktau (capital de la misma provincia), así como a la capital Nursultán, la urbe más grande del país Almatý, Aktobé (capital de la provincia homónima) y Taldykorgan (capital de la provincia de Almatý).