Una perito psicóloga aseguró hoy (miércoles 15) que Lucila Frend, acusada de matar a su amiga Solange Grabenheimer en 2007, tiene rasgos de una personalidad “psicopática”.
Patricia Martínez Llenas, contratada por la familia de la víctima para controlar las pericias psicológicas a las que fue sometida la imputada, dijo que encontró “una contradicción entre lo que surgía del expediente con esa personalidad angelical que mostraba”.
Para la perito, Lucila presenta una personalidad de base “narcisista, con rasgos psicopáticos” y dijo que “bajo situaciones de estrés pueden pasar al acto, no lo reprimen, no lo pueden frenar”.
Sin embargo, su visión de la personalidad de Frend no fue compartida por los peritos oficiales, quienes descartaron que la acusada sea una psicópata asesina.
Además, en base a las preguntas del abogado de la querella, Roberto Damboriana, la perito mencionó un mail que Lucila le envío a su ex novio cuando se enteró de que había intentado tener relaciones con Solange. “Me clavaste el peor de los puñales. Juro que te voy a matar”, recordó la psicóloga que escribió Frend en ese correo electrónico que luego asoció al crimen de Solange, cometido con un arma blanca.
En el juicio que lleva adelante el Tribunal Oral Criminal 2 de San Isidro, un médico forense contratado por la familia de Grabenheimer aseguró que a la joven la asesinaron cuando la acusada se hallaba en la escena del crimen. No obstante, el perito Luis Kvitko, jefe de cátedra de Medicina Legal en la UBA, benefició a la acusada al considerar que el crimen pudo haberse cometido durante un ataque sexual.
En tanto, el criminólogo Raúl Torre -también ofrecido por el particular damnificado- incorporó en el debate otra evidencia que puede complicar a Frend: aseguró que el crimen lo cometió una persona “zurda”, como Frend.
“Prima facie, uno pensaría que esto podría ser un homicidio con connotaciones pasionales o sexuales”, dijo el perito cuando los jueces del TOC 2 de San Isidro le pidieron su impresión.
En la primera jornada del juicio, Lucila declaró que el asesino pudo haber entrado por la puerta del balcón de la habitación de Sol, que siempre estaba abierta, y recordó que un obrero de la obra de al lado le mandaba mensajes a ella para conquistarla.