La decisión de irse con un “portazo” del peronismo disidente fue de “Lole”, pero el autor intelectual es Juan Carlos “el Chueco” Mazzón. Quienes no lo quieren bien, lo imaginaban fuera de juego pero como el “ave Fénix”, resucitó. ¿O es que nunca había fenecido?
Juan Carlos “el Chueco” Mazzón nació en Mendoza pero donde mejor se mueve, como otros coterráneos suyos, es en Buenos Aires. Y cuando algunos lo imaginaban definitivamente fuera de los círculos de poder, con una operación de su cuño volvió a mostrar que cualquier esquema de poder lo necesita alineado.
“El Chueco” es veterano en mil batallas, en especial desde que el peronismo volvió al poder en 1989 con la presidencia de Carlos Menem.
El regreso de los justicialistas a la Casa Rosada, el 25 de mayo de 2003, volvió a poner a Mazzón en movimiento desde el poder. Néstor Kirchner fue desde entonces su interlocutor, y el mendocino, su fiel hacedor.
La muerte de Kirchner, el pasado 27 de octubre, parecía anticipar, para algunos que no lo quieren a Mazzón, una jubilación anticipada para el operador político y judicial preferido del ex presidente.
Pero con el paso de las horas se vio que el deseo de sus opositores dentro del Gabinete de Cristina Fernández de Kirchner debería quedar para más adelante: a una semana de la muerte de Néstor, Mazzón fue recibido en Olivos por la Presidente.
Aunque no se sabe específicamente de qué hablaron, lo cierto es que de la manga de este ministro sin cartera surgió la jugada más osada y efetiva del oficialismo en los útlimos tiempos: la salida del senador santafesino Carlos Reutemann del Peronismo Federal.
En rigor, Mazzón es el componedor que logró juntar dentro de cuatro paredes al ex gobernador de Santa Fe, Jorge Obeid; al jefe de los diputados nacionales del oficialismo, Agustín Rossi, y al propio “Lole” para sentar las bases de la unificicación del Justicialismo en esa provincia con el fin de darle batalla al socialismo, hoy en la oposición.
Después de esa reunión, celebrada en Santa Fe Capital, “los melones se fueron acomodando solos”, relató a Gaceta Mercantil un dirigente con acceso a esas negociaciones.
Así fue como, en medio de tanto dolor, Mazzón le acercó una alegría al círculo íntimo de la Presidente.