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Este artista plástico inauguró una muestra con sus trabajos más recientes   en la galería de Milo Locket, quien también expone. 

Como muestra de cierre de este año de la galería “Milo Locket”, se inauguró una exposición con obras del artista marplatense Felipe Giménez y del propio Locket.

En una hermosa noche, el pasado lunes 8 la galería recibió un desfile de visitantes que se agolparon para saludar a los artistas y disfrutar de la muestra, en la que se presentaron los últimos trabajos de ambos artistas, que comparten el carácter lúdico, el colorido y la evocación a la infancia, y una sencillez que provoca alegría.

Esta vez entrevistamos al artista plástico Felipe Giménez, psicólogo que ejerció su profesión durante más de una década mientras de manera paralela pintaba como una actividad secundaria. Cuenta Giménez que jamás pensó que ésta pasaría a ser la única actividad y que terminaría viviendo de ella.

Su gran maestro fue Alberto Bruzzone, con quien estudió durante seis años.

Giménez siente que sus obras vienen y se van como un juego, y -quizás por su antigüa profesión- piensa que el arte cumple una función terapéutica. Con sus obras, intenta que el espectador se sienta bien y se tome un recreo de la dura realidad.

GM: ¿Cómo surgen los personajes de sus obras?

FG: El tiempo va encontrando el camino y en ese camino empiezan nuevos desafíos. Yo trabajo sobre las ideas que tengo en la cabeza, me inspiro en las relaciones humanas. Y ahí le adoso el color, la línea, la forma. Cada vez tengo más precisa la idea y voy sintetizando los recursos plásticos para que no tapen la idea, y a la vez para que la realcen. A mí me gusta comparar al arte con la cocina, como si fuera un plato. Para preparar un plato me gusta que la materia prima sea buena, que el sabor sea bueno y que se vea atractivo. No sé si es generosidad pero me gusta el mejor plato, espero que al otro le guste, se sienta satisfecho, no cocino para mí. Yo pinto mi idea pero siento que me importan mucho los otros.

GM: Los personajes no muestran referencias geográficas.

FG: El paisaje está en la cabeza, cuando tenés dos o tres coordenadas no se necesita adentro y afuera. El título de la obra es un marco referencial, yo creo en la topología mental, en el espacio que crea la cabeza, que a veces necesita un árbol, la pampa. Yo estudié con Bruzzone y él es un pintor muy minimalista, que pintaba con pocos colores. En eso buscaba que la obra tuviera mayor potencial. Yo soy parecido pero en el sentido de dejar poco rastros de donde están las personas, pero sí siento que te llevo a un espacio, son como espacios minimalistas en cuanto a referencias, la gente en seguida se sitúa. La figura humana relacionadas a través de una situación de tensión: A mí me gusta que sea una pintura evocativa, que cuando la veas digas ‘esto me hace acordar a algo mío’. Me gusta que sea humana, si es humana, siento que el espetador se va a poder identificar.

Sin fecha de cierre, en galería “Milo Locket”, en Humboldt y Cabrera.

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