A pesar de la prohibición del gobierno, miles de manifestantes protestaron contra el aumento del precio de los combustibles y la pérdida del poder adquisitivo.
Miles de manifestantes, miembros del movimiento transversal conocido como de los “chalecos amarillos” contra el alza del precio de los combustibles y la pérdida del poder adquisitivo en Francia, se movilizan este sábado en el centro de París tras varios días de protestas en el resto del país.
En medio de escenas de gran tensión, la policía francesa debió usar gases lacrimógenos y cañones de agua para dispersar a los reclamantes en los Campos Elíseos, donde formaron barricadas con las sillas de los cafés.
El gobierno de Emmanuel Macron, que anunció para el próximo martes una serie de medidas para atemperar los aumentos y enfriar el enrarecido clima social, había prohibido la marcha.
🇫🇷 Los “chalecos amarillos” buscando esta mañana adoquines en los Campos Elíseos. Será que buscan saber si es cierto el eslogan de 1968 “bajo los adoquines, la playa”. Video de Le Parisien. pic.twitter.com/ON2jKKPbP7
— Alejo Schapire (@aschapire) 24 de noviembre de 2018
Según datos del Ministerio del Interior, unos 8.000 “chalecos amarillos” protestan esta mañana en París, de los cuales 5.000 están en los Campos Elíseos y en los aledaños de la plaza de la Concordia, que da acceso a la residencia presidencial.
En el resto del país continúan los bloqueos de centros logísticos y rutas iniciados hace una semana, pero con menos intensidad y en esas protestas participan otras 23.000 personas, según las estimaciones oficiales.
Los manifestantes se dirigieron primero a la emblemática avenida parisina coreando consignas contra Macron, a quien piden la renuncia.
En París, se registran enfrentamientos entre las fuerzas de orden y los manifestantes que protestan contra el aumento de los precios del combustible en el país https://t.co/jpA7ZCiKew
— RT en Español (@ActualidadRT) 24 de noviembre de 2018
Las fuerzas de seguridad debieron recurrir a la fuerza para impedir que los “chalecos amarillos” se acercaran a los edificios del Gobierno francés, como ya ocurrió el pasado fin de semana.
Algunos manifestantes lanzaron mobiliario urbano y material pirotécnico contra los agentes antidisturbios.
La Prefectura de París asegura que entre los concentrados hay infiltrados miembros de grupos de ultraderecha, según señala Le Figaro.
El propio ministro del Interior, Christophe Castaner, culpó a Marine Le Pen por los disturbios y recordó que fue ella a través de Twitter quien este viernes incitó a los manifestantes a acudir a los Campos Elíseos, pese a la prohibición explícita de concentrarse allí.
La líder de la ultraderecha francesa le contestó que ella jamás ha apelado a “ningún tipo de violencia”.
Las autoridades también ordenaron el cierre de siete estaciones del subte de París, según lo confirma el operador de la red de transporte de la capital francesa, RATP.
Convocatoria en redes. Más de 35.000 personas se declararon dispuestas en Facebook a participar en la movilización en la plaza de la Concordia en la capital, pero esta manifestación fue prohibida debido a su cercanía con el palacio presidencial del Elíseo o la embajada de Estados Unidos.
La policía cerró un amplio perímetro en torno al palacio del Elíseo, la plaza de la Concorde, la Asamblea Nacional y el Hotel de Matignon, que alberga las oficinas del primer ministro.
“En esta zona no podrá celebrarse ninguna manifestación o reunión vinculadas con los chalecos amarillos”, advirtió el jefe de policía, Michel Delpuech.
En cambio, las autoridades sí permitieron una manifestación en el Campo de Marte, a los pies de la Torre Eiffel, pero el movimiento rechazó esta invitación, que significaría “quedar encerrados en un parque” y de hecho hoy no había allí ni rastro de los “chalecos amarillos”.
Las protestas masivas contra el alza de los precios del combustible comenzaron en Francia el pasado sábado 17, aunque también se han llevado a cabo operaciones en el resto del país, en torno a los peajes de las autopistas o en las mismas carreteras.
Según datos oficiales, el sábado pasado cerca de 300.000 personas participaron en las movilizaciones, consideradas el “primer acto” del movimiento”.
En el departamento de Isere murió una persona atropellada y otras 500 resultaron heridas. Entonces, los “chalecos” anunciaron en las redes sociales un “segundo acto”: tomar París este sábado.
Según un sondeo de BVA, el 72% de los franceses se identifican con las reivindicaciones de los “chalecos amarillos”, sobre todo los empleados y obreros (78%), las personas que viven fuera de la capital (74%) o en las zonas rurales (77%).
La mecha de la protesta fue la subida del precio de los combustibles desde el 1º de enero de 2019, pero en lo que va de 2018 el diésel aumentó 23% y la nafta, 15%.
A esto se suma la queja por impuestos excesivos, pensiones y jubilaciones insuficientes y, en suma, por la pérdida del poder adquisitivo.