Depende del fallo del comité de Disciplina de la Conmebol por la presentación de Boca, que reclama el mismo trato que en el caso del gas pimienta, en 2015.
Si finalmente se juega, el partido de vuelta de la final de la Copa Libertadores entre River y Boca podría concretarse el próximo 8 de diciembre en el Monumental.
El condicional se aplica en este caso porque el presidente de Boca, Daniel Angelici, formalizó hoy presentación ante la Conmebol en la que reclama que River sea sancionado como lo fue su club, en 2015, por el episodio del gas pimienta en la Bombonera.
Entonces, después de la primera postergación por la lluvia, que obligó a jugar el partido de ida en La Boca el domingo 11 de este mes, y luego de la segunda y la tercera de ayer y hoy, el enfrentamiento debería jugarse luego de la cumbre de presidentes y jefes de Estado del G20, que se celebrará entre el viernes y el sábado próximos.
El próximo martes, en la sede de la Conmebol en Luque, en las afueras de Asunción, junto con los presidentes de River y Boca, la Confederación comenzará a analizar la probable nueva fecha pero, en principio, la opción del sábado 8 de diciembre es la que cuenta con más posibilidades.
El campeón por la Conmebol debe conocerse antes del 12 de diciembre, para sumarlo como último integrante al Mundial de Clubes, en Dubai, que se jugará precisamente desde ese día, con la eliminación preliminar entre el local, Al-Ain, ante Team Wellington, de Australia.
El debut del representante sudamericano en el Mundial de Clubes, River o Boca, está diagramado para el 18 de diciembre, en el turno de semifinales, con el ganador de la llave entre el club Esperance, de Túnez, y el que haya resultado vencedor del cruce entre Al-Ain y Team Wellington.
El 22 de diciembre se disputará la final, en Abu Dabi.