Una muestra en el Museo Mitre exhibe la casi desconocida obra del fotógrafo suizo a 130 años de su llegada al país.
Se cumplieron el pasado 31 de agosto los 130 años de la llegada a Buenos Aires de Samuel Paul Rímathé, según declaró, “suizo, soltero, de 25 años, de religión protestante y profesión ‘artiste photographe'”.
De inmediato pasó a la legación de su país y se vinculó a la Sociedad Filantrópica Suiza, y abrió un local en la calle Sarmiento al 800 bajo el nombre de “Fotografía Rimathé”.
En un aviso del local describe su variada actividad: “Estudio de retratos, cuadros al lápiz, acuarela, óleo, pastel. Copias de la planos, en azul y líneas negras, fotografías arquitectónicas de fábricas, etc. Cualquier trabajo de aficionado se mejora y concluye con esmero y arte. Aumentos platinos. Por liquidación. Gran surtido de vistas del país, a precios reducidos”.
En la sala Guillermo Moores del Museo Mitre, en San Martín 336, se inaugura este jueves 6 a las 18 una exposición de obras del artista que retratan a vendedores ambulantes, changarines, obreros, paisanos criollos, habitantes de conventillos porteños y pobladores de las afueras de Buenos Aires.
La directora del Museo, Gabriela Mirande Lamédica, que se ha dedicado muy especialmente al estudio de los fotógrafos del antiguo Buenos Aires, comenta que la fotografía de Rimathé “es un aporte a la memoria colectiva dado que su vasta producción se inserta en el imaginario social y amplía las representaciones, despojándolas del relato solemne sobre las grandes hazañas”. En primer plano aparecen, ahora, “aquellas manos y aquellos cuerpos de cuya acción sigilosa está hecha nuestra historia”, completa.
Sin duda se trata de una exposición que configura además un homenaje a la figura casi desconocida de Rimathé, y que valdrá la pena visitar a lo largo de estos meses.
* Historiador. Académico de número y vicepresidente de la Academia Argentina de Artes y Ciencias de la Comunicación