La de Juntos por el Cambio (JxC) es la interna más competitiva de cara a las elecciones primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO) del próximo 13 de agosto. Y esa condición es un arma de doble filo, porque si bien es la que puede concitar más atención y más votos que la de cualquier otro espacio, también puede generar heridas en esta campaña electoral que difícilmente cierren para que todo JxC pueda caminar unido rumbo a las elecciones generales del 22 de octubre encolumnado detrás de Horacio Rodríguez Larreta o de Patricia Bullrich, los dos contendientes que quieren ocupar la Casa Rosada a partir del 10 de diciembre próximo.
Los protagonistas que esta vez le sumaron leña a la hoguera que es JxC fueron la diputada nacional María Eugenia Vidal y el expresidente Mauricio Macri.
Vidal, que para estas elecciones se había presentado como precandidata presidencial y luego declinó su postulación, anunció por redes sociales su respaldo a Larreta. Ante los posteos de la exgobernadora bonaerense en favor del actual jefe de Gobierno porteño, Macri la criticó al afirmar que “ha tomado varias decisiones sucesivas en las cuales ha desdibujado su perfil”.
“No lo veo como una sorpresa, dada la relación de tanto tiempo que tienen Larreta y Vidal, que se apoyen recíprocamente. Pero también lo escuché a (el diputado Cristian) Ritondo. Tiene razón en estar desilusionado”, resaltó Macri, en alusión a los dichos de uno de los bullrichistas -el exministro de Seguridad bonaerense de Vidal- que salieron a cruzar a la diputada al conocerse su decisión.
El fundador del PRO, que hasta ahora se mantiene neutral y evita expresar públicamente un respaldo a algunos de los competidores de JxC, había sido el único dirigente de peso que acompañó hace unos meses a Vidal en la inauguración de lo que iban a ser sus oficinas de campaña presidencial en el barrio porteño de Retiro, hasta que luego la exgobernadora decidió dar de baja su postulación.
Por eso, cuando su cuestionamiento a Vidal parecía un apoyo explícito a Bullrich, Macri intentó bajarle el tono a sus declaraciones y posteó en redes sociales que “en ningún momento cuestionó” a Vidal.
Aunque resaltó que “cada uno es dueño de sus decisiones y estas no deben ser cuestionadas” insistió en resaltar “el desencanto de Cristian Ritondo, que sintió que no se había cumplido con la palabra empeñada porque también, como dije otras veces, creo que hay que cuidar la palabra”.
Todavía faltan nueve días para las PASO. Y los cruces en JxC prometen con continuar hasta el último instante de la campaña.