El viceministro de Economía, Sergio Rubinstein, encabeza la comitiva del equipo económico que viajó este jueves a Washington para renegociar con mayor profundidad el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), al que hay que pagarle entre 1.500 millones de dólares entre viernes y lunes mientras en el país el titular del Palacio de Hacienda busca frenar la disparada de l amoneda estadounidense, que en versiones financieras y “blue” osciló entre $450 y casi 500 pesos en las últimas dos jornadas.
Este martes, el peor día de la corrida cambiaria, el Gobierno confirmó que avanzará en el diálogo con el FMI para reformar el acuerdo de deuda y continuar con los desembolsos, y al mismo tiempo, el organismo multilateral señaló que las negociaciones “avanzan de manera constructiva” con el objetivo de “fortalecer el programa económico acordado con el país en el contexto de la sequía muy severa”.
En este marco, el calendario del Gobierno marca que entre este viernes y el lunes deberá abonar al FMI casi US$ 1.500 millones al Fondo, en concepto de los vencimientos del programa suscripto por Mauricio Macri, precisamente cuando los funcionarios argentinos se encuentren en Washington en plenas negociaciones.
Este eventual desbalance de dólares podría subsanarse en el corto plazo debido a que el Gobierno logró activar el swap con China, que permitirá para mayo no abonar operaciones por US$1.070 millones con aquel país, mientras que las operaciones podrán realizarse en yuanes.
A la vez se prevé que alrededor de US$ 790 millones de importaciones que se hagan en mayo, dejen de utilizar dólares como moneda y se realicen en yuanes, según explicaron las fuentes oficiales.
El ministro de Economía culpó a la fuerte suba de las cotizaciones del dólar en los últimos días como consecuencia de “rumores” y “falsos informes” que circularon en el mercado.
“Hace varios días que vivimos una situación atípica de rumores, versiones, falsos informes y su consecuente impacto en los instrumentos financieros vinculados al dólar”, afirmó Massa en su cuenta de Twitter, en referencia al comportamiento de las cotizaciones del dólar CCL y MEP.
“Vamos a usar todas las herramientas del Estado para ordenar esta situación y en ese sentido notificamos al FMI de las restricciones que pesaban sobre la Argentina y vamos a cambiar en la rediscusión del Programa”, enfatizó.
Hace 10 días, Massa se había reunido en Washington con la directora gerente del Fondo, Kristalina Georgieva, durante la Reunión de Primavera del organismo, oportunidad en la que también habló con la primera subdirectora gerente, Gita Gopinath, ocasión en que evaluaron el impacto de la sequía y coincidieron en la necesidad de reformular el programa que posee Argentina con el organismo.
De ahí trascendió que el objetivo del equipo económico era buscar mecanismos de adelantar los desembolsos del programa, para ayudar a levantar en lo inmediato el nivel de reservas.
La expectativa del Gobierno es que no sólo se ajusten las metas para 2023, sino también que se adelante, al menos, una parte de los desembolsos que quedan para el resto del año, tal y como lo hizo en 2019, durante el gobierno de Mauricio Macri, ante el escenario de crisis desatada por entonces.
En relación a un mayor apoyo para la Argentina, quien dio señales fue Estados Unidos como el mayor accionista del Fondo, a través del asesor especial del presidente de los Estados Unidos, Joe Biden para América Latina, Juan González.
El funcionario valoró la gestión que viene desarrollando Massa al frente del ministerio de Economía, y ratificó que los Estados Unidos está dispuesto a “jugar un papel constructivo” para “ayudar a la Argentina”.
El 31 de marzo último, el Directorio del Fondo aprobó la cuarta revisión del acuerdo con la Argentina y el desembolso de unos US$ 5.400 millones comprometidos en el acuerdo firmado en marzo de 2022.
Si bien esta última revisión incluyó una reducción de US$ 2.000 millones en la meta de acumulación de reservas internacionales para 2023 por el efecto de la sequía sobre las exportaciones, mantuvo sin cambios la meta de 1,9% del PBI de déficit fiscal para este año, algo incompatible con un escenario de menor actividad económica.