La designada canciller del gobierno de Javier Milei, Diana Mondino, adelantó que la entrante gestión libertaria el próximo 10 de diciembre anulará el proceso ya iniciado para que la Argentina se sume al bloque de los BRICS, una posibilidad que de concretarse abriría un mercado de preferencia de 3.200 millones de consumidores y una alternativa de financiamiento para el país a los tradicionales organismos multilaterales, como por ejemplo el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Los países que integran los BRICS -Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- a los que Argentina había iniciado el proceso de acoplamiento en agosto pasado- representan más del 42% de la población mundial, el 30% del territorio del planeta, el 23% del PBI y el 18% del comercio internacional.
En conjunto, contribuyen con el 16% de las exportaciones y el 15% de las importaciones mundiales de bienes y servicios.
Para Argentina, tres de los primeros cinco socios comerciales son países de los BRICS: Brasil, China e India, según las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec).
Pero además, más de la mitad de las provincias argentinas tienen como socio principal a un integrante de los BRICS.
Así, Jujuy, Santiago del Estero, Formosa, Chaco, Catamarca, Entre Ríos, San Luis y La Pampa tienen como principal socio comercial a China.
Por su parte, Buenos Aires, Córdoba, Mendoza y La Rioja, a Brasil; y Santa Fe y San Juan, a India.
De acuerdo con un análisis de la Bolsa de Comercio de Rosario, la participación de estas 14 provincias en el comercio exterior argentino representa 86,35%.
En conjunto, la participación de los BRICS en el comercio exterior argentino significa más de 30% del total exportado.
Brasil es el principal socio de la Argentina, con el 17% de las exportaciones, principalmente de trigo, cebada, maíz, vehículos, aceite crudo de petróleo, carne, vinos, aluminio, malta, aceite de oliva, papas congeladas, leche y coque de petróleo.
China es el segundo destino de los productos nacionales, con el 8%, fundamentalmente carnes (más del 50%), poroto y aceite de soja, carbonato de litio, cebada, calamares, camarones, langostinos y coque de petróleo.
India ocupa la quinta posición con el 4,5% y los principales productos que se envían son aceite de soja y de girasol, maíz, oro para uso no monetario y carbonato de litio.
Por otra parte, Rusia está entre los principales destinos de las exportaciones de carne y limones.
Otros de los países que ingresan al bloque, como Arabia Saudita, es uno de los principales compradores de maíz en grano, harina y pellets de soja; mientras que Egipto está entre los que más adquieren harina y pellets de soja argentina.
Con el ingreso a los BRICS, la Argentina también iba a pasar a ser miembro del Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), que actualmente cuenta con una capacidad prestable de US$ 50.000 millones, que se ampliará a US$ 100.000 millones en breve.
Para concretar su incorporación, Argentina debía un aporte de capital de US$ 250 millones en bonos soberanos en manos del Tesoro, procedentes del Fondo de Garantía y Sustentabilidad (FGS) de la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) y de otras vías, indicaron fuentes del Ministerio de Economía.
Esa cifra significa una sexta parte del total de US$ 1.500 millones en inyección de fondos que recibirá el NBD del resto de los ingresantes: Arabia Saudita, Egipto, Etiopía, Emiratos Árabes Unidos e Irán.
El Banco de los BRICS tiene el mandato de movilizar recursos para proyectos de infraestructura y desarrollo sostenible, de carácter público, privado o mixto a través de préstamos, garantías, participación en instrumentos financieros y asistencia técnica, entre otras herramientas.
Además, está autorizado a garantizar, participar, otorgar préstamos o respaldar a través de cualquier otro instrumento financiero, proyectos públicos o privados, así como invertir en el capital social, suscribir la emisión de capital social de valores, o facilitar el acceso a los mercados de capitales internacionales de cualquier empresa comercial, industrial, agrícola o de servicios con proyectos en los territorios de los países miembro.
El NBD promueve el financiamiento en moneda local, en tanto considera que ello ayuda a mejorar la calidad crediticia de los proyectos y permite satisfacer mejor la demanda de financiamiento de infraestructura, reduce el riesgo cambiario para el prestatario y favorece el desarrollo del mercado local de capitales.